Permítanme una sugerencia como regalo de Reyes: repasen su lista de íntimos amigos y elijan uno con el que mantener una conversación para tratar de que aflore su pensamiento crítico ante todo lo que nos está sucediendo con la excusa de la alerta sanitaria. Elijan bien a su candidato, no se desgasten en batallas imposibles y, sobre todo, sean respetuosos a la hora de exponer los argumentos: recuerden que todos hemos pasado por una fase en la que nos hemos tragado sin rechistar los argumentos que la opaca OMS ha puesto encima de la mesa. No se trata de regañar a un ser querido que todavía no ha despertado, sino de agitarlo un poco para que no comulgue con ruedas de molino.
Veamos una posible manera de afrontar la charla. Lo primero sería señalar que no existe ninguna duda de que el virus existe. Evitemos que nadie sea tachado de negacionista. Por supuesto que existe: de hecho, fue creado en un laboratorio para que su irrupción nos llevara a este punto de caos y confusión, y generar así un mercado cautivo para la vacuna. Sería interesante sugerir a su amigo que echara un ojo a quiénes son los financiadores privados de la OMS y que compruebe por sí mismo que coinciden con los fondos de inversión que poseen las grandes farmacéuticas. Posiblemente, eso haga que abra los ojos y considere la gestión de la salud mundial como lo que es: un cochino negocio, donde interesamos enfermos y no sanos. El hecho de que la OMS (cuyo director general fue puesto por China) sea el único organismo capaz de decretar pandemia internacional supone ceder demasiado poder a muy pocas manos. Las mismas que crean el problema te ofrecen la solución. Debatan sobre este interesante punto de vista y sobre el hecho de que las farmacéuticas hayan cancelado medicamentos baratos efectivos contra el covid… ¿porque se les fastidiaría el negocio? (ampliar aquí )
También pueden recordar a su amigo a quién pertenecen los medios de comunicación masivos y descubrirán las conexiones existentes con los grandes imperios farmacológicos para crear un único discurso, establecer una ingeniería social y tachar de lunático al que disienta, como hicieron por ejemplo con el Premio Nobel Luc Montagnier, la celebridad que logró aislar el virus del VIH y que defendió que el covid salió de un laboratorio. Recuerden si en algún medio de gran alcance han visto tratar con seriedad a algún pediatra que advierta del daño que se está causando a los niños, o piense si ha visto noticias sobre los muchos pacientes de cáncer que han fallecido o visto su situación agravada a causa del confinamiento por no haber podido pasar los análisis correspondientes mientras se les obligaba a quedarse en casa. O también que se recuerde si los informativos de televisión han comentado que la OMS obliga a contar como caso de covid cualquier caso sospechoso de serlo (¿es eso científico?), o que las pcr son altamente engañosas, porque se desconoce a qué estás dando positivo en realidad. También hagan memoria y prueben a recordar si se le ha ofrecido una explicación sólida sobre si los asintomáticos contagian o no, y si en esa explicación ha habido lugar para alguien de nivel que no comulgue con la versión oficial.
Otro asunto relevante que tocar con su amigo es si de verdad piensa que el Gobierno de España, el mismo que alardea de promocionar la censura en las redes y que crea, con nuestro dinero, un ministerio para concluir que el color rosa es nocivo para las niñas y que el origen de toda la violencia doméstica reside en el varón, tiene legitimidad para decirte cómo debe comportarse un buen ciudadano. ¿Ha pedido disculpas por haber mentido en relación a la existencia del grupo de expertos que en teoría diseñó la desescalada? ¿Y por el abandono a su suerte de los ancianos en residencias durante la primera oleada? ¿Ha habido alguna dimisión por comprar mercancía a proveedores chinos no autorizados? ¿Nos van a obligar a ponernos vacunas hechas deprisa y corriendo, de las que desconocemos sus secuelas a medio y largo plazo, con lo peligroso que es esto? ¿No resulta evidente que estos señores sólo cumplen órdenes que les vienen dadas de más arriba y que sus malas decisiones están agravando la crisis económica?
En fin, habría muchos más argumentos, pero no deseo cansarlos. Ojo, tampoco hay ninguna necesidad de formar otro bloque monolítico de pensamiento, diferente al oficialista. De lo único que se trata es de fomentar la opinión libre e individual, de nuestra obligación ética de dudar de lo que nos venden como propaganda y código del comportamiento del buen ciudadano. Si todos convencemos a un amigo para que se pare a pensar de forma autónoma, sea la que sea la conclusión a la que llegue, el número de críticos se doblará. Y quizás esos amigos hablen con otros amigos…
La foto es de La Vaguardia.
Una vez más tengo que darte la razón, Dany, porque no dices más que la verdad, y quien así no lo vea, es porque está ciego o no quiere reconocerlo por cobardía y por miedo.
Yo vengo sembrando también esto mismo y en otros medios más a mi alcance.
Gracias por como piensas y por cómo eres.