El tenista serbio, probablemente el mejor de todos los tiempos, va a dejar estancada su carrera tras la decisión de no participar en el US Open por no querer someterse a lo que se ha dado en llamarse vacuna de la enfermedad conocida como covid. Existen dos maneras de poder interpretar esta noticia. Vamos a ello.
Si el balcánico lo ha decidido por pura coherencia, por salvaguardar su libertad de decisión sobre lo que entra o no en su cuerpo, tiene todos mis respetos. Va a perder dinero, mucho dinero, patrocinadores, capacidad de influencia, crédito ante el público generalista… y todo lo que ustedes puedan imaginar por tamaño desafío al Sistema. Ya vimos lo que sucedió en el pasado Open de Australia. No parece que sea necesario ofrecer más detalles al respecto.
Ahora bien, si la decisión de no vacunarse se debe a la protección de un negocio paralelo consistente en una millonaria inversión en un laboratorio farmacéutico (ver aquí), la lectura será otra. Menos digna y heroica, aunque igualmente respetable.
Teniendo en cuenta la inmensidad de mentiras que se publican por minutos, será más adelante cuando atesoremos todas las piezas del puzle para dar un veredicto más formado. O quizás no, quién sabe. De momento, Nole me simpatiza por sus aparentes agallas.
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