Luis Manuel Rubiales Béjar nos ha hecho un flaco favor —mejor dicho, un enorme daño— a los hombres. Que el tipo era un patán no era algo que estuviese oculto a ojos de cualquier persona que prestase un mínimo de atención a sus hechuras y modales. Sin embargo, no existe nada punible en ser un grosero.

El problema que ha generado su ordinariez es que ha dado carnaza a los extremistas que no levantan la voz para protestar contra una ley que deja en la calle a violadores convictos, que han sostenido que «la violencia está incardinada en el ADN de la masculinidad» (Manuela Carmena dixit) y que callan cuando se filtran audios del chanchullo infecto de la Supercopa de España, con Piqué y el rey Juan Carlos como artistas invitados. Quizás porque no les parece tan mal eso del trinconeo de dinero público…

Recapitulemos: en medio de una celebración por la consecución de la Copa del Mundo, el presidente de la federación pide un pico a la capitana Jennifer Hermoso, quien se ve comprometida y, a pesar de que había cámaras delante, no sabe decir no. ¿Situación de abuso de poder de un jefe a su subalterna o un guiño cómplice entre colegas? La primera sostiene la primera versión y el segundo la opuesta. Está muy claro quién gana el pulso: la capitana de la selección.

No hay que olvidar que únicamente por su numerito en el palco, palpándose las partes pudendas, podría ser suficiente para sacarlo del cargo. Así no se puede representar a un país. En fin, ahora lo que queda es definir si esa lamentable actuación, la del beso, se puede catalogar o no como agresión sexual. No seré yo quien defienda a Rubiales, no, él solito se ha buscado la ruina con su zafiedad, pero algunos dirán que levante la mano quien no haya dado jamás en su vida un piquito furtivo, en una cena navideña, en una feria, en una noche de copas… Que tire la primera piedra el que esté libre de pecado. ¿Son todos agresores sexuales?

Como postre, la organización de un Mundial en el horizonte, con la barbaridad de dinero que eso mueve. Hace un año se informó de la existencia de audios grabados por Rubiales… No descartemos la táctica del ventilador de aquí a nada.

Como bien diría el maestro Forges: «¡País!».

 

La foto es de CNN.